Zazpi Bide Taberna (Bilbao)

Casualidades de la vida, retomo un poco el post anterior, en el que os hablaba de las croquetas y el concurso del Casco Viejo en el que participé como jurado, porque nos tenemos que retrotaer hasta aquel día. La semana pasada, tras acudir a la entrega de premios a los ganadores croquetiles en el Kukusoak de Barrenkale Barrena, el doble ganador, volví horas más tarde para descubrir las bondades gastronómicas que nos iban a ofrecer en la inauguración (aunque solo de la cocina) del Zazpi Bide Taberna, el bar que está pared con pared con los maestros croqueteros. Resulta que comparten equipo de cocina, por lo que es la calidad de la cocina del Kukusoak se va a poder apreciar en el renovado local de la Barrenkale Barrena.

Persiana de Zazpi Bide Taberna pintada por Aitziber Ibarguen con el cantante folklórico Kepa Junkera ataviado de pregonero de Aste Nagusia.

La particularidad del Zazpi Bide Taberna es su amplia oferta de vino y cerveza. Tienen más de 50 marcas de vino y más de 40 de cervezas a disposición de los clientes. Como comentaba Nerea, dueña del local, la intención es poder descubrir vinos distintos y ricos sin ninguna pretensión especial. «No somos expertos, tenemos lo que nos gusta. En realidad el bar es un concepto que me gusta a mi como clienta» me dijo Nerea en uno de los momentos de calma antes de la tormenta perfecta que se montó y donde ni siquiera se podía entrar de la cantidad de gente que había. Pudimos degustar varios vinos y cervezas para comprobar de primera mano que todo lo que tienen en este bar es muy interesante y se aleja un poco (cosa de agradecer) de la oferta de los bares que rodean la zona.

Cerveza Paulaner Oktoberfest.

Dentro de esa visión que se tiene en el Zazpi Bide de disfrutar, descubrir y aprender se organizan diversas catas de vino y cerveza los miércoles a las 19:30h. La de este pasado miércoles era una cata vertigal con cinco vinos blancos de la bodega de Balmaseda Egiaenea. Este miércoles que entra (el 21 de febrero) se organiza una cata de cervezas artesanas e incluye cuatro pintxos para degustar. El precio varía entre 12 y 15 euros por persona, pero asegura no menos de cuatro potes y sus correspondientes pintxos. Interesante, a ver si puedo acudir a alguna.

Ya tengo un sitio para llevar a Jon Cortázar en su #dietatorreznos.

Respecto a la cocina, la razón por la que fuimos llamados varios blogueros de la ciudad (Alma Botxera, como no, Patrizia Vitelli y Txema Aguado de Yendo por la vida), se presentó una interesante variedad de platos que estarán en carta a disposición de los clientes. Como el local no es muy grande y no tiene un concepto de restaurante, la idea es más tener cosas que picar a modo de raciones o tapas, más que sentarse a cenar. Vamos, disfrutar de una cerveza o vino con algo de picoteo (como el francés del anuncio).

Champis con un claro homenaje a la Bélgica de Puigdemont.

Torreznos, croquetas, bacalao con pimientos o la ensalada de ventresca son algunos de los platos que pudimos probar y estarán a disposición de los clientes cuando vayan. No podían faltar las eternas rabas (¿ganarían un concurso del Casco Viejo? Me gustaría ser jurado, jejeje), ni las sorpresas. Sorpresas en forma de bolitas rebozadas que resultaron ser mollejas. También me sorprendió (muy gratamente) el bocadillo de cochinita. ¡Delicioso! Y eso que era una pequeña degustación. No puedo esperar a comerme el bocata entero.

¡Rabas! Y nada más que añadir.

Toda esta fiesta de presentación estuvo amenizada por el grupo Now Ninah que tocó versiones de grandes clásicos de la música contemporánea (no sus penséis que andaban con la novena sinfonía). Pudimos degustar buenos vinos como el txakoli Egiaenea (el de Balmaseda), el clarete Magali Rosé (D.O. Côtes de Provence), el tinto Biga de Luberri (D.O.C. Rioja), el también tinto Chateau Virecourt (D.O. Bordeaux Superieur), un último tinto Cono 4 (D.O. Alicante) y el espumoso Lua Jazz (D.O. Ribeiro). En cuestión de cervezas arrancamos la noche con una Paulaner Oktoberfest, seguimos con la Imparable del Basqueland Brewery Project, pasamos a la Mala Gissona de Shackeltown y cerramos con la sorprendente ¿A qué sabe el amor? de Urban Beer con extracto de melocotón y pétalos de rosa, una cerveza dulce y deliciosa.

Ay, la cochinita…

Una selección muy interesante y variada. Nos comentaron que tienen poco vino de Rioja para ofrecer algo distinto a los bares de la zona (y podemos dar fe) y que algunas cervezas artesanas están disponibles de caña, no solo en botellín, por lo que también aumenta la diferencia con otros locales próximos y le da un toque distinto y especial. Por mi parte no me queda mucho más que comentar. Simplemente recomendaros que os paséis a probar y disfrutar de la amplia variedad de vinos y cervezas de los que disponen y que os animeis a pedir algunos de los ricos platos que tienen en la cocina del Zazpi Bide Taberna.

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