El pasado jueves me invitaron a probar la nueva panadería-cartacafetería-restaurante que han montado en la Plaza del Ensanche: Wiché. Esta plaza, a pesar de estar en el centro, es una de las grandes desconocidas. Los de Algorta la conocemos como «la plaza de donde sale el autobús de Bilbao». Ahi está, por ejemplo, el célebre Ein Prost de la familia Thate. El caso es que el local llamó a unos cuantos gastrobloggers para probar el nuevo local. Fuimos Alma Botxera (@almabotxera), los weggers de Lo que coma Don Manuel (@igorcubillo y @zuloko) y un servidor.
Nos explicaron que el negocio, con vista a ser franquicia, es bastante completo. Se basa en estos locales que se han puesto de moda últimamente que son panaderías, pero ofrecen más cosas. Así, puedes comprar un buen pan, comer distintos tipos de dulces o un rico café. Lo que hace distinto a Wiché es la carta de salados. Además de todo lo anterior puedes degustar sandwiches de diversa índole, ensaladas o crepes. Muy amablemente, nuestro anfitrión Borja nos recomendó pedir lo que quisiéramos de la carta. Nos comentó que a él le gustaron el frappé de Nutella y el crepe ibérico. Yo me decidí por un sandwich omelette y un frappé de Nutella.
El sandwich estaba hecho con rebanadas de pan no de molde. Sencillo. Una tortilla francesa recién hecha y un poco de bacon ahumado. Tiene buen tamaño y, aunque estaba un poco salado, el resultado era satisfactorio. En el caso del sandwich, el precio era de 1’90€. No está nada mal. En algunos sitios te cobran más por un triste pintxo sin excesiva gracia. Comentamos que el frappé tenía un precio similar al que te pueden cobrar en, por ejemplo, Starbucks. Y creo que estaba más rico y mejor preparado. A ver si en la cadena de Seattle vas a poder tomarte uno de Oreo, por ejemplo. 3’60€ (creo). Un precio razonable para la calidad y la cantidad. Eso sí, me pareció que sabía más a Cola-Cao que a Nutella.
En cuestión de precios, nada me pareció caro. De hecho, para ser la zona que es (al lado de la Gran Vía), me parecen muy razonables. Han inaugurado hace menos de un mes, así que todavía están probando cómo va todo. Mis compañeros de mesa pidieron dos crepes ibéricas (con jamón serrano y huevo), una crepe con queso y foie y un croissant a la plancha. Para finalizar, pedimos una tabla de quesos de la que dio buena cuenta Igor. He de decir que el pan estaba riquísimo.
Como curiosidad, el local posee un rincón donde venden quesos y foies diversos. Los puedes probar ahí mismo y luego comprarlos para llevar. Por ejemplo, hay un crepe que va con el queso que tú decidas del rincón gourmet. Así puedes emular el plato en tu casa con los ingredientes del mismo Wiché. Antes que se me olvide, Borja nos explicó que uno de los productos de la casa son unos bollos rellenos de cremas o siropes de diferentes sabores. ¡Y los hacen al momento! Están tratando de añadir más sabores a los ya existentes, pero solo por curiosidad, merece otra visita.
En definitiva, el Wiché es un negocio que, personalmente, me gustó mucho. Seguramente vuelva a por un aperitivo rápido. Como la cocina está operativa durante todo el tiempo que el establecimiento esté abierto, no descarto comerme un sandwich rápido y caliente a media tarde.