Desde que fui a comer al Restaurante Arima por primera vez he tenido la hamburguesa de la carta en mi top-3 de Bilbao. No sé decir si la primera, segunda o tercera, pero dentro de la lucha por las preseas hamburguesiles está seguro. He vuelto un par de veces más y he repetido. He salido encantado y con ganas de volver, lo cual siempre es bueno. Evidentemente, no soy el único listo que se ha dado cuenta de la calidad de ese plato y el equipo de Arima ha decidido lanzarse al spin-off (como este Txoko del Blog) y montar una hamburguesería con identidad propia en pleno Casco Viejo de Bilbao, cerca de la Ría. ¡Bienvenidos a Tipula (Urban, Burger, Enjoy)! La nueva aventura del Arima Team.
Así que solo faltaba encontrar una excusa para acudir a probar la nueva propuesta de los chicos del Arima y así fue. Un miércoles a mediodía, un día tranquilo, sin muchos agobios (y bastante lluvia) nos acercamos hasta la calle Barrenkale Barrena para catar esas hamburguesas. Por suerte el local estaba medio vacío. Todavía están empezando y nos pudieron explicar, con pelos y señales, cómo funciona todo para los clientes. Supongo que los fines de semana se verán desbordados. Por eso prefiero aprovechar para conocer sitios nuevos entre semana.
El local me recordó, vagamente, al Alvarito’s por la disposición de la barra. También por el color, aunque hace la tira de años (¿una década?) que no está pintada de colores oscuros. La decoración interior es muy urbana, con muchos colores y graffitis decorando las paredes. La Tank Girl encendiéndose un pitillo es una de las imágenes que más se recuerda y se promociona del local. Aún así mantienen una serie de señas de identidad con el Arima que no sé describir, pero se sienten. Mención aparte merece el piso de arriba. Recomiendo que subáis a echar un ojo cuando vayáis.
Vayamos a lo importante, que al Tipula fuimos a comer. ¿Qué tal la carta? En principio bien. Seis hamburguesas, entre las que se incluye la Arima (mis dieses), tres bocadillos, dos sandwiches y un perrito caliente. ¿Para qué más? Soy fan de las cartas cortas y que no me provoquen demasiados quebraderos de cabeza. También tienen ensaladas, postres y cositas para compartir. Lo normal en un local de estos.
Tras darle un par de vueltas a la carta (algunas dudas entre hamburguesas si que tuve, todo tengo que decirlo) me decanté por una Yankee. La clásica burger que puedes encontrar en muchos sitios, pero no siempre la ponen bien. También cayó una Gabatxo, en este caso con mostaza, dijonnesa, bacon, queso raclette y setas.
La Yankee es la clásica american burger con la que decimos todo al pronunciar su nombre. Me encanta el punto de meterle aros de cebolla a la hamburguesa, sobre todo si están crujientes para darle otro punto a la textura de la misma. Buen trozo de carne, con un tamaño justo y al punto (como me gusta), aunque no preguntaron el punto de la carne, supongo que no habrá demasiados problemas en pedirla muy hecha (mal) o poco hecha (a veces apetece). La salsa barbacoa estaba cojonuda, aunque no llegan al nivel del Belmondo (Valencia). Tengo que reconocer que rompí mi regla del bacon con la salsa barbacoa por no leer bien. Para la próxima.
La Gabatxo con sus setas, su bacon y sus mezclas de mostaza también estaba para chuparse los dedos. No faltaba nada, ni sobraba. El equilibrio era cojonudo. Hay que tener cuidado con estos sabores fuertes para evitar que se lleven por delante todo el conjunto y, en este caso, lo han conseguido equilibrar. ¡Mis felicitaciones!
Me gusta que el pan tenga ese punto a mantequilla con el que se nota que han metido el bollo (¿brioche?) al horno. Acabé contento con el pan, que suele ser el gran problema de las hamburguesas en muchos locales. Un pan bueno da muchos puntos en mi escala de valoración, que por otro lado no importa a nadie, pero bueno. Buen pan.
Ya que he mencionado al Belmondo, sería interesante la politica de patatas infinitas que tienen en el restaurante valencano. La ración de patatas se me antoja algo escasa (aunque con una presentación monísima) sobre todo si se comparte. El precio de las hamburguesas no se aleja demasiado del ya mencionado establecimiento levantino (8’5€ en Tipula) y sería interesante pagar algo más por una ración (3’5€ precio actual) por persona y disponer de cuantas se quisiesen. Creo que la gente no llegaría a abusar del sistema porque con taza y media o dos tazas de las actuales acabarían hasta las narices. Un pequeño punto a mejorar (al menos bajo mi punto de vista).
Como con todas las gastronovedades, los blogueros que nos encanta sentirnos como Homer el crítico gastronómico, hemos ido pasando por Tipula para probar y contar. En la experiencia de Alma Botxera podéis encontrar su punto de vista y otras hamburguesas al margen de esta Yankee y Gabatxo. Por mi parte, quiero volver y probar alguno de los otros productos que tienen en carta. También volver a comer la Arima, que me encandiló en la calle Bailén, a ver si han conseguido replicarla. Y ya, por pedir, por si el Arima Team lee esto, que vuelva el sandwich cubano. Fue lo que me llevó a Arima la primera vez y no conozco otro sitio en Bilbao que los haga. Algo con lo que distinguirse y hacerse fuertes. Por mi parte, lo repito, volveré.
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