El pasado domingo fuimos en familia a comer al Restaurante Begotxu, que está en Armintza. Es un pequeño barrio pesquero de la costa vizcaína de Lemoiz, conocida por su inactiva central nuclear todavía en pie. Ya pasado Plentzia. Como digo, Armintza es muy pequeño, pero es un barrio muy bonito, donde el protagonismo se lo lleva el importante puerto que tienen. Uno de los puertos naturales más resguardados del Cantábrico. Para llegar hasta ahí hay dos opciones: coche o el autobús A3451, que va desde el Puente Colgante hasta Armintza y que tarda más de una hora en hacer todo el recorrido. Por suerte, en Armintza hay bastante sitio para aparcar.
Mi hermana ya había ido a este restaurante y sabíamos a lo que veníamos. Es famoso, al menos en ciertos círculos, el escalope que hacen en este sitio. Al estilo cachopo asturiano, pero matizado, no vaya a ser que nos coman los puritanos y digan aquello de «no es cachopo, es filete rebozado con cosas». Básicamente son dos grandes filetes de ternera con jamón serrano y queso entre ellos, rebozados y fritos. No sé si puedes pedirlo al llegar o tienes que reservar antes. En nuestro caso reservamos una mesa días antes y estaba todo completo, por lo que comimos un poco tarde.
Como acompañante pedimos una ensalada. Una de esas que harían llorar de emoción a Blackie (@TheBlackCity27). Se notaba que los ingredientes eran buenos. Al menos la lechuga, que no era de Florette, más bien era lustrosa y sabrosa. Sí, una lechuga que sabía a lechuga. Y eso que no es época del resto de ingredientes. Ya venía aliñada, a tope de vinagre, como nos gusta. Eso me lleva a las patatas que acompañaban el escalope. No eran congeladas. No me puedo imaginar el trabajo que tiene pelar y freír tal cantidad de patatas diarias. Además estaban de escándalo. ¡Bravo por las patatas!
El escalope pesa, aproximadamente, dos kilos. Por lo que es recomendable acudir con mucho hambre. Si sois menos, podéis pedir medio, aunque el camarero muy amablemente os lo puede poner para llevar. Como veis, es bastante contundente. Nos comentaron que hay gente que se ha comido uno de estos solo, en plan batalla de ‘Crónicas Carnivoras’, así que tampoco será para tanto (guiño, guiño). Aunque te pongan el machete para cortar, la verdad es que es bastante incómodo. Está muy rico, tanto recién hecho como recalentado en el microondas (así lo probé la primera vez). Y como digo, es contundente, con un par de trozos te llenas a gusto.
Todo lo que probamos en el Restaurante Begotxu de Armintza estaba delicioso. A la hora de los postres no me pude resistir y acabé pidiendo un trozo de tarta de queso. ¡Y menudo trozo! Aquí todo es a lo grande y casero. La tarta era la típica con base de galleta machacada con mantequilla, crema de queso a cholón y mermelada de fresa. Deliciosa. Sabía a queso y era muy contundente. A lo grande, que somos vascos, la hostia.
Lo mejor de todo es el precio. Escalope, ensalada, postre y bebida (y el pan que no tocamos) no pasó de 12€ por persona. Por lo que tengo entendido, el escalope entero son 24€ y medio son 20€. Casi sale mejor pedirlo entero y alimentarte un par de días de lo que sobra. Para la calidad y la cantidad, me parece un precio muy razonable, tirando a bastante barato. Aunque claro, como Armintza está un poco alejado, no es como para ir todos los días. Las raciones también tenían muy buena pinta. Las croquetas y las rabas habrá que probarlas para comentar.
Ya que vais, aprovechad el puerto para pasear y disfrutar del mar y, de paso, bajar la comilona que os acabáis de meter. Ir hasta Armintza para comer en el Restaurante Begotxu es un plan que no deberíais descartar, más cuando se acerca el buen tiempo (vaya viento helador que hizo el otro día en el puerto). Eso sí, reservad antes.
Que buena pinta todo, sobretodo la tarta
Caro calidad precio y un servicio pésimo
¡Espectacular!