Como ya he estado comentando en redes y en este mismo blog, estuve hace unas semanas por Madrid. En una de esas aproveché unas reiteradas invitaciones de Pilar (@pilarmr) y consejos de Irene (@chocairin) para acercarme hasta Alcalá de Henares y disfrutar un poco del turismo de la Comunidad de Madrid. Decir que salí enamorado. En el post de hoy me quiero centrar en el único local que probé de toda la ciudad: La Morada. Decir que me han soplado que se come muy bien en casi cualquier sitio. ¡Como en Euskadi, #aibalahostia!
Como digo, tuve en Pilar una guía de lujo. Al igual que yo suelo hacer, ella me habló y recomendó visitar el restaurante que tienen sus padres allí. Como yo cuando recomiendo el Arrantzale (donde cocina mi madre) o el Alvarito’s (de mi padre). Uno siempre barre para casa, a veces de manera literal. Así que allí fuimos. Estaba un poco condicionado al ir con la niña de sus ojos, pero el trato fue agradable, cercano y muy cálido. ¡Como si estuviese en Euskadi #aibalahostia!
No sabía yo, en Alcalá de Henares se destila un tapeo al más puro estilo granaíno. Una caña con un algo de comer. Ese algo es variado y, tengo que reconocerlo, delicioso. Puede que penséis que se trata de un post patrocinado o esté influenciado por la propia Pilar, pero nada más lejos de la realidad. Me encanta comer (se nota) y disfruto mucho con casi cualquier cosa que se me ofrezca. La Morada no es una excepción. Con la caña, nos pusieron una ensalada campera como hacía tiempo que no comía.Tomate, patata, cebolla, pimiento, huevo cocido y pepino (sí, lo del gin tonic en una ensalada) bien aliñada y que estaba de morirse. ¡Tengo que probarla en casa #aibalahostia!
También pude comer un montadito de lomo que estaba rico, pero no era nada fuera de lo normal. Aún así, se agradece que no estuviese seco y duro como una alpargata, algo raro cuando se trata de lomo (o pollo). Al tiempo nos sacaron uno de los platos estrella de la casa: el pintxo de tortilla. Bueno, igual era pincho. O ración. O tapa. Que me sacas de mis términos y me acabo liando. La tortilla me encanta para acompañar el café y desayunar, más que para comer o cenas (aunque ojo, me la como igual). Suelo probar muchas tortillas a lo largo del año y tengo que reconocer que la de La Morada entraría en el top-5. De las mejores tortillas que he comido fuera de Euskadi. Además, tanto la que llevaba cebolla (que estaba jugosa y se deshacía, punto a favor) como la que no llevaba cebolla que algo más compacto. ¡De diez! Normal que presuman de ellas #aibalahostia.
De postre, otro clásico del local: tortitas con nata y sirope. La perdición de los golosos. Unas buenas tortitas recién hechas. Esas que los estadounidenses desayunan por docenas en sus series y películas. Un poco de sirope de fresa y todo para dentro. ¡Qué bien sientan! Para bajarlo, y quemarlo, nada mejor que un paseo por el casco histórico #aibalahostia.
Me quedé con ganas de probar las patatas de la casa. Otro de sus platos estrella que recomiendan bastante (Pilar me lo comentaba por el camino) y que cuando llegamos se había terminado. Eso me obliga a tener que volver. Más cuando me mandan estas fotos. También me dicen por la otra línea (uno que tiene contactos) que el flan de queso está delicioso. ¡Lástima que no lo pude probar! Bueno, habrá que volver, como ya digo #aibalahostia.
No quiero marear más la perdiz. Creo que La Morada es uno de esos locales chulos y con encanto en la ciudad Patrimonio de la Humanidad que es Alcalá de Henares. No solo porque sea de los padres de una amiga, también porque la calidad lo vale. Algo alejado del atestado centro, pero cerca de él, dispone de una terraza amplia y cómoda y bastante sitio dentro para comer toda la variedad de platos que puedan servir. Dejaos guiar, acercaos a Alcalá y visitad La Morada, creo que no os vais a arrepentir. ¡Palabra de bizkaitarra #aibalahostia!