Ya sabéis que tengo una debilidad especial por las hamburguesas. Me gustan e intento acudir a nuevos locales donde sirvan este plato tan fácil y a la vez complicado de clavar. En el caso de Palma de Mallorca, mi hermana me llevó a uno de los locales con más fama y solera de la capital balear. Se trata del Diner, un restaurante con decoración de cafetería americana de carretera como hemos visto en tantísimas películas. Nos acercamos hasta el que está situado en la zona de Santa Catalina, aunque hay otro cerca de Plaza de España. Una de las cosas que me sorprendió del Diner es que está abierto las 24 horas, por lo que puedes acercarte a tomar una hamburguesa a las tantas de la madrugada o a desayunar sus tortitas o huevos a la plancha con bacon.
Como digo es un restaurante americano, por lo que ya sabes a lo que vas. Nosotros pedimos una burger cada uno y unos nachos para compartir. La ración, por suerte, era abundante y bien elaborada. Con quesos, guacamole, tomate y cebolla. Un buen entrante y acompañamiento de las hamburguesas que vendrían un poquito después.
Yo pedí una California, una hamburguesa que llevaba lechuga, tomate y cebolla por defecto, además de tomates verdes fritos, guacamole y mayonesa chiplote con un ligero toque picante, aunque nada que llegue a destrozar el equilibrio de la burger. La verdad es que la combinación es curiosa y muy rica. Me gustó bastante la combinación del picante con el guacamole y los tomates fritos con la carne. El pan no era top, desgraciadamente, pero tampoco se cargaba todo el conjunto como suele pasar con algunas.
Un detalle que no me gusta demasiado es pedir un refresco y que me sirvan una lata. Aunque su capacidad excede la de los botellines clásicos, ahora hay un nuevo formato con algo más de bebida. No me gusta la lata y es algo que no me resulta extraño de ver a orillas del Mediterráneo. Aquí en Euskadi es muy raro, por no decir imposible (aunque lo habrá, claro). Si obviamos ese pequeño detalle, tanto el restaurante como la comida que sirven en él me parecieron muy agradables. De esos lugares que apunto para volver porque merecen la pena.