Hace algo menos de un mes nos acercamos en familia hasta el restaurante Sukam, junto al Puente Colgante o Puente Bizkaia, para cenar. Celebración especial y esas cosas. Después de haber pasado casi a diario por delante del local sin entrar, pero con unas ganas locas de probar la carta que ya había leído en varias ocasiones me había llamado la atención poderosamente. Así que buscando algún buen restaurante para cenar y que no se vaya mucho de precio nos decidimos por Sukam. Además, está cerca de casa.

Fachada del Sukam. / Foto de la web del restaurante.
Fachada del Sukam. / Foto de la web del restaurante.

Llegamos allí a las 21:30 y estaba anocheciendo, así que nos fuimos a echar unas fotos al puente con la bonita luz de los atardeceres de Getxo. Al sentarnos no sabíamos qué pedir. Estuvimos repasando la carta un buen rato y, al final, pedimos recomendación a los camareros. Preferíamos compartir algo para picar y luego un plato cada uno, que también compartiríamos. Así, nos lanzamos a por las croquetas de gambas al ajillo y las gyozas de langostinos y callos de bacalao con salsa kimchi y jengibre.

Deliciosas croquetas de gambas al ajillo.
Deliciosas croquetas de gambas al ajillo.

De manera habitual recomiendan no pedir croquetas con gambas porque es un ingrediente que va muy bien solo y se convierte en croqueta cuando se pone pocho. Lógicamente no fue el caso, ni en broma. Estas croquetas tenían un sabor y una textura impresionante. Suave y lleno de sabor. De esas croquetas que saben a lo que dicen que lleva. Algo parecido a las de Casa Pepa en Valencia. ¿Y qué decir de las gyozas? Todo son alabanzas. Probablemente el plato estrella de la carta. Al menos en entrantes. Si las croquetas eran cojonudas, las gyozas estaban multiplicadas por tres. Como véis, por ración sacan cinco gyozas, así que nos pedimos dos para poder disfrutarlas a gusto.

Ración de gyozas de langostino y callos de bacalao con salsa kimchi y jengibre.
Ración de gyozas de langostino y callos de bacalao con salsa kimchi y jengibre.

Todo esto lo regamos con vino tinto de Jumilla (Murcia), en concreto con Juan Gil 12 meses. No soy de tintos, pero este estaba especialmente bueno. Lo suficiente como para que haga un pequeño inciso en el post y lo remarque. Acostumbrado a riojas, en Jumilla se hacen buenos vinos, bien lo dice María Bernal. Tras estos entrantes pasamos a los platos que pedimos cada uno.

Huevo a baja temperatura, espuma de panceta, patatas y pimientos asados
Huevo a baja temperatura, espuma de panceta, patatas y pimientos asados.

En mi caso pedí el huevo a baja temperatura con espuma de panceta, patatas y pimientos asados. Algo parecido (aunque distinto) al que realiza Jon Castro en el Restaurante 5ª Planta del que os hablé la semana pasada. En este caso se trata de una reinterpretación de un plato típico como son los huevos fritos con pimientos, patatas y bacon. Uno de los platos estrella que el chef Álvaro Martínez arrastra desde otros trabajos previos. Se le nota el mimo y el buen hacer que tiene condensado en esta elaboración.

Parmentier de rabo de buey con setas y espárragos verdes
Parmentier de rabo de buey con setas y espárragos verdes.

Mi madre pidió parmentier de rabo de buey con setas y espárragos verdes. Con un punto de carne clavado y sabroso. Nos encantó y fue una gran elección. Dentro del apartado de carnes mi hermana pequeña (y una amiga de la mayor de visita) se decantó por la costilla de cerdo ibérico al teriyaki con manzana salteada al romero. También, impresionante. ¡Qué sabor y qué punto de carne! Clavado, la verdad. Acabamos muy encantados. Mi hermana mayor se decidió por el bacalao con sopa cremosa de ajo y crujiente de puerro del que no tengo fotos. De nuevo, bordaron el punto, en este caso del pescado, y estaba, dicho vulgarmente, que te cagas de rico. Genial.

Costilla de cerdo ibérico al teriyaki con manzana salteada al romero
Costilla de cerdo ibérico al teriyaki con manzana salteada al romero

Llegamos a la parte de los postres. Todo tenía tan buena pinta que nos vimos obligados a pedir tres postres distintos para compartir. Del primero nos llamó poderosamente la atención el helado de bollo de mantequilla. Efectivamente sabía al delicioso bollo de Zuricalday y además venía acompañado de un lingote de chocolate pintado de oro que le iba genial al helado (aunque el postre sea al revés). Yo soy fanático total de las tartas de queso, así que cuando vi que la carta ofrecía cheesecake ni lo dudé un segundo. Y nos encantó esta deconstrucción a base de helados y queso. Delicioso es decir poco. El tercero en discordia fue el chococobre, con distintas capas de chocolate y un recubrimiento crujiente que lo dejaba todo fabuloso.

Izquierda: Lingote de oro con helado de bollo de mantequilla. Derecha: Cheesecake con crumble y helado de galleta.
Izquierda: Lingote de oro con helado de bollo de mantequilla.
Derecha: Cheesecake con crumble y helado de galleta.

Nosotros fuimos en fin de semana y a cenar, por eso acabamos pidiendo de la carta, pero a mediodía entre semana (excepto los lunes que cierran) hay dos opciones de menú: con dos platos y postre del día o con un solo plato y postre del día. Entre los platos para elegir en el menú está, por ejemplo, el huevo a baja temperatura que comí yo. El menú largo sale por 20’50€ con pan y agua incluído (cervezas Estrella Galicia y copas de vino a parte). El corto por 14’50€. Precios más que razonables para la calidad que rezuma por todos los rincones de Sukam. Un restaurante para conocer e ir probando, poco a poco, todos los platos que se ofertan en el menú. Un must have de Getxo sin lugar a dudas.

Chococobre del Sukam.
Chococobre del Sukam.

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