Me gusta mucho Andalucía. Aunque hace tiempo que no voy, siempre tengo en mente algún viaje al sur para volver a disfrutar de esa maravillosa tierra. He estado en casi todas las provincias de la comunidad autónoma, tan solo me falta una y, oh casualidad, vino hasta mi para hacerse ver. Se trata de Cádiz, por si todavía no os habíais dado cuenta y sucedió hace un par de semanas en el Gran Hotel Puente Colgante de Portugalete.
Con la campaña institucional ‘Magic Cádiz’, el Patronato de Turismo de la Diputación de Cádiz quería hacerse más presente, si cabe, en la mente de los vascos. Datos internos indican que un gran número de vascos acude cada año a la provincia a disfrutar de su tiempo de relax. 55 000 pernoctaciones en lo que llevamos de año de vascos en hoteles y hostales, sin contar los que tienen casa propia o los que acuden a otros alojamientos. Una buena cantidad de vascos que acaban tomando la provincia gaditana y transformándola en ese Euskádiz que se suele comentar.
No sé cómo acabé en esta presentación porque estaba destinado a profesionales, tanto de los viajes como de la hostelería. El caso es que nos presentaron la magia de la provincia. ¿Sabíais que Cádiz tiene 300 días de sol al año y es la provincia con mayor lluvia de España? Pues sí, lugar de contrastes. Gracias a esa cantidad de agua que cae del cielo consiguen ese vino con denominación de origen conocido en todo el mundo: el jerez (o sherry en inglés). Además, casualidades de la vida, tienen la bodega más grande de Europa y la más visitada. Otro motivo más para viajar.
Tranquilos, no he convertido esto en un blog de viajes, ni siquiera en un bonito publirreportaje, ahora iremos a lo que de verdad interesa. Acompañando a la delegación gaditana estaba Julio José Vázquez Muñoz, cocinero del restaurante El Campero de Barbate. Un restaurante especializado en el atún rojo de Almadraba y que vino a presentarnos algunos de sus platos estrella, junto con toda la historia que tienen en el restaurante. Desde la propia pesca del atún hasta la elaboración de los platos, pasando por puntos tan importantes como el ronqueo del túnido. Además, por referencias de una experta en la materia como es Chari Foncubierta, este restaurante es de los güenos.
Nos sirvieron una degustación de platos y productos de la provincia de Cádiz entre los que destacaba, al menos para mi, el tartar de atún rojo. No soy muy fan de los tartares, pero este estaba espectacular. También hay que hacer mencion del salmorejo con mojama, el ajo blanco con virutas de atún o la deliciosa ventresca con pimientos.
También hubo espacio para probar los vinos de Jerez (aunque no sea yo muy fan) y diversos productos como el queso Payoyo o los patés de Cantizano. ¡Deliciosos! Tampoco puedo olvidar el atún rojo a la plancha vuelta y vuelta para probarlo en todo su esplendor.
Una degustación más que interesante para conocer las maravillas escondidas (pero no mucho) de Cádiz sin tener que salir de Bizkaia. Solo sé que tengo unas ganas tremendas de ir a El Campero y pasear por las playas de Cádiz, acudir a algún partido de Primera (porque volverán) al Carranza… Y más y más planes que hay para hacer en la provincia que, sin duda, tendré que realizar al menos un par de veces en la vida…
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