Soy hamburguesero, no lo puedo evitar. Antes de la moda comía hamburguesas y después de ellas las seguiré comiendo. Me encantan. Siempre que voy a algún lugar trato de echarle el diente a una de estas delicias de la gastronomía que empiezan a dejar de ser tan fast food y se convierten en algo más delicatessen. En mi reciente visita a Madrid aproveché para pasar por este local: ‘The house of Steak Burger‘. Una pequeña cadena que cuenta con tres establecimientos en la capital del Reino.
Como esta hamburguesería me pillaba de paso hacia el hostal, decidí parar a cenar y ver qué tal estaba. Estaba semi-recomendada por Pilar Martínez (@pilarmr) en su cuestionario. Al entrar, el local pintaba bien. Estaba lleno hasta arriba y había un pequeño hueco en la barra. Había lista de espera, así que es mejor reservar, por lo que pueda pasar. El local olía bastante a ahumado, cuanto más cerca de la cocina, lógicamente, más fuerte. Pero bueno, no es mala señal. Una cosa que me ganó fácilmente fueron los manteles. Como periodista, que usen la apariencia de periódico como mantelería es un +1. Tras leer la carta con falsa apariencia de madera (en el Alvarito’s la tienen en madera real). Me decidí por dos cosas: mazorca de maíz con mantequilla y hamburguesa Made in Spain.
Me resultó curioso el punto de personalización que puedes conseguir en el producto final. El tamaño de la carne, el tipo de carne (ternera o buey) e, incluso, el tipo de pan que quieres (blanco o americano con sésamo). También permiten el tiempo de la hamburguesa en la plancha: poco hecha, al punto o muy hecha. La verdad es que está bien para dejar la hamburguesa a tu gusto. Como detalle decir que los refrescos vienen en tamaño restaurante, es decir 350 ml., en vez de los 200 habituales en los botellines retornables de Coca-Cola.
La mazorca estaba rica. Hacía años que no probaba una y me apetecía. Quería un acompañamiento o aperitivo antes de empezar la cena y ese era el que más se asemejaba a lo que andaba buscando. Me resultó extraño no encontrar la típica ración de patatas fritas para acompañar la hamburguesa, que es lo que pensaba pedir. Al llegar el plato me di cuenta de por qué. Ahí está una de mis quejas.
No sé si la manía es solo de Madrid, mundial o de donde sea. No me gusta pedir una hamburguesa y que me la sirvan como por partes. Puedo entender que me la den abierta (en el Alvarito’s se hace con las que llevan huevo por razones obvias). Pero no que en la tapa me pongan la cebolla y el tomate. ¿Por qué me lo hacéis así? Ya me encargaré yo de pedir lo que no quiera o no me guste. ¿Por qué el alioli iba aparte? Si pido una hamburguesa con todo eso, no quiero tener que untar de un cuenquito, espero que me lo incluyan en un todo y me la den cerrada. Seré maniático, pero me molesta bastante. Cabe decir que se me descuajeringó un poco.
Otra cosa que no entiendo y me parece fundamental es el maltrato al pan. ¿Por qué me dan a elegir dos tipos de pan si no están buenos? No sé vosotros, llamadme sibarita si queréis, pero en una hamburguesa de esos precios espero que el pan sea de verdad, no un bollo. Será que me acostumbrado a las de aquí. En todo Bizkaia se comen hamburguesas con pan de panadería. Si quiero un bollo, me voy al McDonalds. Y no es el primer sitio en el que me pasa. En fin.
El cómputo total debo de decir que no estaba mal. La carne estaba rica y suculenta. Además con un tamaño generoso. Era del tipo 2 de cuatro o cinco, no recuerdo bien. Acompañado con unas patatas y algo de alioli en un cuenco. No sé mucho de aliolis, pero no era casero. Tampoco era Chovi, mi favorito. A ver, no estaba mal, pero para los precios que tienen y tal y como venden el sitio, las he comido mejores en Bilbao. Ya no te digo el Alvarito’s, te digo otros sitios (buenos) como el Munich o el Shermann’s.
Como colofón pedí la tarta de queso. El camarero me recomendó la cookie que la hacen al momento y tardan unos 10 minutos (meterla al horno y todo eso…). Me decidí por la tarta de queso. Tengo un problema con ese postre. Estaba muy rica, muy bien presentada con nata y sirope. Como siempre que le echan cosas de decoración a los platos acabé pringado y en el lavabo intentando quitarme cosas pegajosas de manos, antebrazos y codos. Disfruté la tarta, aunque debo decir que he probado mejores. Es lo que tiene ser un fan de ese postre en concreto.
Como datos de interés hay que decir que el local dispone de una red WiFi abierta a la que hay que dar el consentimiento para poder navegar. Es una red potente con la que puedes, incluso, subir fotografías. También es curioso el código QR de los manteles empleado para dar tu opinión sobre el restaurante en cinco preguntas. Útil, cómodo y curioso. Además, si le das a ‘Me gusta’ en su Facebook, recibes un 10% de descuento. Al menos eso decían al finalizar el cuestionario.
Al final, la cena salió por algo más de 20€. Me pareció caro. La calidad de la carne era buena y el postre estaba muy rico, pero para lo que dan me parece algo elevado de precio. Mira que Bilbao no es barato, pero por ese precio me parece excesivo.Estaba bueno, pero tampoco para tanto. Entiendo que son los precios con los que se juega en Madrid, pero bueno, ellos sabrán. De momento sigo buscando alguna hamburguesa en Madrid que me guste. Ya hay dos que no.
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