Parece que tengo esto un poco abandonado, pero últimamente no suelo comer fuera o, cuando lo hago, acabo en los sitios que ya conozco y están reflejados aquí, por lo que no considero necesario escribir al respecto. También parece que lo único que abren últimamente en Bilbao son hamburgueserías y franquicias. Justo de eso voy a hablar hoy, de las dos cosas. Una nueva franquicia de hamburguesas que aterrizó hace unas semanas (¿o meses?) en Bilbao y que todo el mundo ha probado ya. Yo he tardado, pero vengo a hablar de Five Guys con toda la parsimonia del mundo.
Mucho se ha escrito sobre las expectativas y el puñetero hype a la hora de valorar algo en su justa medida. Es cierto que es algo que está ahí y con lo que es difícil lidiar. Aquí siempre hay dos culpables, por un lado el que intenta generar ese sentimiento y por otro la persona que lo incuba y acaba eclosionando. Creo que fue una de las razones para mi opinión sobre Vengadores: Endgame que podéis escuchar en ‘A La Velocidad Absurda’. Las expectativas lo joden todo por norma general, al menos en mi experiencia. Pocas veces lo que puedes llegar a imaginar se traslada a lo que es realmente. Seguramente entenderéis por dónde va a ir el resto del texto con este párrafo. No solo es una excusa gratuita para poner un enlace al podcast.
Porque esta cadena desembarcó en España (por Madrid, obviamente) con un bombo tremendo. Que si las mejores hamburguesas, que si la mejor cadena, que si las favoritas del expresidente Obama… Colas del estilo del Primark de Gran Vía (que no debe de estar lejos del local en cuestión). Se le dio mucha coba en redes y medios de comunicación y, quieras que no, para un aficionado a este gran manjar, le sube las expectativas. También ver un montón de citas a periódicos que decoran las paredes del restaurante de Bilbao. Recuerdo dos que me llamaron poderosamente la atención. El Mundo decía «En España, TRIUNFAN». No mienten. La segunda era más rotunda. Debido a su origen me causaba más extrañeza y ahí me empezaron a perder.
Desmontan todos los mitos relacionados con la comida rápida. – El Comidista.
Entré en el local que estaba semivacío (punto positivo, sin colas y sin hostias para sentarse) y me acerqué a la caja. Empezamos mal haciéndome decidir los toppings (ingredientes) que yo quiero. Ya lo he dicho en más de una ocasión, no me gusta tener que montarme mi hamburguesa, prefiero que diseñen una carta y me den la opción de elegir entre esas opciones. Tiré por lo básico. Pedí una cheeseburger pequeña con bacon (7’95€) con lechuga, tomate, cebolla a la plancha y, por supuesto, salsa barbacoa. También me animé con las patatas pequeñas (3,25€). Creo que en este último caso me equivoqué, porque las famosas son las estilo cajún, pero tampoco me preguntaron si las quería normales o cajún. Volveré para probarlas y por el batido, que es lo que me queda.
Aquí empezó el drama para mi. Aunque el pedido sea para comer en el local, te lo empaquetan como si fuese para llevar. Ni bandeja, ni nada. Simplemente la hamburguesa envuelta en albal, las patatas en un vaso de papel y unas servilletas. Las comparaciones son odiosas, pero tanto el servicio, como la presentación, como el precio del Carl’s Jr. me parecen bastante más adecuados que el del Five Guys. Será que me estoy volviendo un amargado como @clienteenfurecidobilbao.
Una de las características que venden de las patatas de esta cadena es que están fritas «solo en aceite de cacahuete». Supongo que en Estados Unidos será un buen reclamo, pero a mi solo me suena a «grasas saturadas de más» y no es algo en lo que me guste pensar cuando, efectivamente, me meto grasas saturadas en el cuerpo. Dicho lo cual, tampoco noté una gran diferencia si hubieran usado un aceite de girasol o de oliva. Tengo que decir que la ración pequeña de patatas fue bastante generosa. Además del vaso, había bastantes en el fondo de la bolsa (de ahí que se viesen las marcas de aceite en la bolsa de papel) y para ser la ración pequeña, era más que suficiente. Punto positivo.
Antes de pasar a hablar de la hamburguesa propiamente dicha, me gustaría recordar unas palabras sobre este plato que puso en Twitter hace no demasiado @AlexLiam y que comparto al 100%.
https://twitter.com/alexliam/status/1128715552904626176
¿Qué quiero decir con esto? Que tal vez me equivocase al pedir lechuga, tomate y cebolla porque la esencia radica en esos cuatro ingredientes. Como soy un ser de costumbres, me gustan con esas hortalizas, qué le voy a hacer.
Y tengo que reconocer que tampoco fue una equivocación muy grande porque no acabé notando mucho esos ingredientes extra. Solo el tomate, pero porque le metía un puntito fresco (que me encanta) a un plato de por si caliente. El pan estaba bueno, para ser un bollito y la carne tenía sabor. ¿Estaba buena la hamburguesa? Sí. ¿Son las mejores que he probado? Ni de puta coña. Pero es que ni cerca. Y menos a ese precio. Vuelvo a recordar el post que escribí sobre el Carl’s Jr. (el anterior, casualmente) y las comparaciones son odiosas. Creo que esta segunda cadena de comida rápida es más consciente de lo que es y de lo que hay. Los precios están más parejos a lo que ofrecen y, quieras que no, eso hace que les tenga más simpatía. Five Guys me parece que es bastante caro para lo que ofrecen. Pagar 8€ por una hamburguesa que bien, pero meh, no es algo que me encante. Para mehs tengo opciones mucho más baratas y en ese rango de precios otras hamburguesas con mejor calidad en un radio de desplazamiento bastante pequeño.
Ahora puedo decir con conocimiento de causa que el Five Guys está sobrevalorado. Tanto por el bombo que se le ha dado y ha traído consigo en su despliegue por España como por la propia empresa. Parecía que se iban a comer el país y jugar en las grandes ligas y, en mi opinión, están en un escalón inferior. Juegan de tú a tú con McDonald’s, Burger King y Carl’s Jr. Unas hamburguesas que están ricas, pero ya. Y ese, amigo, es un pequeño gran problema.
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