Todavía me queda algún que otro local que reseñar de mi viaje por Madrid. De Burgos no mucho porque estuve en el Forum de la Evolución y en el Pecaditos que tampoco hay mucho que decir. Pero quiero hablar de algo un poco más cercano. Se trata de un pequeño local que lleva menos de un año subsistiendo en el número 7 de la calle General Concha de Bilbao. Es el Bread & Coffee.
Me sorprendió la semana pasada. Tras atravesar la Alhóndiga en busca de WiFi, sentí algo de hambre y como había pasado bastante desde la hora de la comida, decidí buscar algo para comer. Mi primera idea fue ir al EME a por un triángulo, porque General Concha me pillaba de camino, pero tenía ganas de comer algo dulce. Al girar la esquina vi un local distinto donde mi mente recordaba una tienda de donuts. Una pastelería y panadería muy del estilo que se empieza a llevar ahora con locales como Bertiz o Panko.
Al entrar se nota todo muy nuevo. Diáfano, limpio y con cierto componente minimal. Excepto los dulces expuestos que son totalmente exhuberantes. No es para menos, busca distinguirse a través de la calidad de su producto. Realmente tiene todo tipo de pastelillos. Bombas de crema o chocolate, muffins de chocolate, naranja y fresa (recomendado este último), pastas, palmeras, bollos de mantequilla, carolinas, rusos, cookies… Todo lo bueno de la respostería vizcaína y con una pinta excelente. También los tan de moda cronuts.
Pasé por el local dos días seguidos. El primero me dejé recomendar por el dueño. Es un tipo muy majo y alegre que da pie a la conversación con mucha facilidad. Me recomendó el muffin de fresa y, la verdad, es que mereció la pena. También me dijo que el café estaba muy bueno. Así que me decidí a hacer otra visita al día siguiente para comprobar la veracidad de esa afirmación. Y acertó. El café es de ‘La Tostadora’, una empresa vasca que ya lleva tiempo, pero cada vez está en más locales. El café está muy rico. Aproveché para zamparme mi primer cronut. Un acierto. Aunque es una sensación rara.
Así que me ha gustado mucho este descubrimiento. Abierto en junio de 2013, parece que empieza a levantar un poco el vuelo. Tiene problemas con el permiso de terraza, porque es una calle muy pequeña. Es una pena. Además, dispone de WiFi gratis y de calidad. Pero bueno, el local es totalmente recomendable. Y el trato, de lujo. ¡Y no está nada mal de precio! Todo ventajas.
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