¡Vuelvo al Txoko! Sí, ya llevaba tiempo, pero entre una cosa y otra lo he dejado semiabandonado. ¡Hasta hoy! He limpiado y recogido lo que andaba fuera de sitio de la última vez y me pongo manos a la obra en los fogones metafóricos para presentaros un nuevo post que os alegre el cuerpo y el alma. Esta vez os voy a hablar del Basuki, un nuevo local de la mano del grupo Bilbao Berria en la calle Juan de Ajuriaguerra 14 y que pude probar gracias a una generosa invitación. No estuve solo, fue una interesante y amena velada junto con otros bloggers (gastronómicos, de tendencias y de viajes, que yo sepa).
Se trata de un local que se especializa en tres puntos muy distintos, pero totalmente complementarios. Por una parte la gastronomía. Cocina de vanguardia, con buen producto, pero respetando las tradiciones. De los tres locales del grupo en la capital vizcaína, se podría decir que el Basuki es el más moderno. Por otra parte la coctelería es otro de los pilares de este restaurante y lo pudimos comprobar de primera mano. Por último, el espectáculo es el punto que faltaba. Tanto música en directo como otro tipo de actuaciones (incluyendo un pinchadiscos como fue @dennyrosiii en nuestra velada) para amenizar y armonizar las otras dos patas del Basuki.
De hecho, en cuanto entramos por la puerta nos sirvieron un Aperol Spritz para entrar en calor (aunque no hacía falta, que parece que ya hemos entrado definitivamente en primavera). Se trata de un cóctel bastante conocido que está desbancando al vermout en algunos sitios para tomarlo a la hora del ídem. No es un cóctel que me guste especialmente, pero cuanto más lo tomaba, mejor estaba. Aunque para metáforas de cócteles tenemos el segundo, al que ya llegaré.
Nos explicaron un poco en qué iba a consistir la cena y el concepto que tienen del local, tanto con los puntos que he explicado, como que intentan que sea un restaurante donde se compartan los platos entre los comensales (los de tu misma mesa, no con desconocidos) y todos puedan probar de todo lo que se sirve. Cuentan con una brasa que empezará a funcionar en breve para realizar carnes y pescados (aunque no esperéis chuletones, dicho sea). Nosotros arrancamos la velada con edamames trufados que se comen como pipas. Un aperitivo de lo más delicioso.
Luego llegaron tres de los platos que más gustaron en nuestra zona de la mesa. El tartar de atún rojo con totopos crujientes, guacamole y perlas de chile con un toquecito picante, pero refrescante y delicioso en su conjunto. Un steak tartar cortado a cuchillo con mascarpone y regaña que estaba cojonudo. El triunvirato finalizó con unas alcachofas en salsa bearnesa.
Creo que ya he comentado en alguna que otra ocasión que no soy muy fan de las alcachofas, pero si están bien hechas, es un auténtico manjar. Me flipan las que hace Ricardo Pérez en el Yandiola y estas no le van a la zaga. La verdad es que la salsa bearnesa le da un punto terriblemente interesante a una hortaliza que, como digo, no es santo de mi devoción y pierde bastante de su sabor característico. No lo mata, lo funde. Tenéis que probarlas, vamos.
Seguimos para bingo que no estamos ni en la mitad de la cena. Las raciones tienen un tamaño perfecto para disfrutar del plato, pero sin llenarte demasiado que queda bastante por delante. Seguimos con una gran croqueta de pulpo con una mahonesa de kimchi. Gran croqueta tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. Cuando una croqueta necesita dos o tres bocados para comértela, es que es grande. Es el caso de esta croqueta de pulpo con auténtico sabor marino.
Seguimos con una revisión del clásico choripan. Para el que no lo sepa (y eso que el nombre es bastante descriptivo) se trata de un pan preñao con un chorizo a la sidra en su interior. En el caso del Basuki lo hacen que casi parece un corndog, pero relleno de chorizo en vez de salchicha. También incorporaba un trocito de manzana al final para darle un toque refrescante y sidroso al conjunto. Muy rico y bien presentado.
Aquí ya empezamos a entrar en el apartado de las carnes y los pescados con algunos platos muy interesantes. Las gyozas de manitas de cerdo con demi glaze (salsa de carne muy reducida, durante días) y salsa de soja son una de las estrellas del local. También son de las que más cuestan hacer como nos comentó el equipo de cocina, con el chef Ismael Valle a la cabeza. Precisamente, les hace justicia por la calidad que tienen.
Pasamos a las zamburiñas con alioli de kimchi y aire de calamansí (cítrico amargo). Un plato que, como el nombre ya dice, era un pelín alto en cítrico. Si te gusta el tema, te van a encantar. Para mi el cítrico esta un pelín alto y mataba algo el sabor del molusco, aunque con rebajar un puntito el aire de calamansí seguro que está estupendo.
Unas gambitas rebozadas al estilo andaluz junto con un alioli de lima ahora entrarían de lujo, ¿a que sí? Otra de las propuestas gastronómicas que nos hacen desde el Basuki. Ahora que estamos en plena feria de abril, ¿qué mejor que un plato a lo andaluz para celebrarlo? Que sí, que Sevilla no es lo único que hay en Andalucía y las gambas son más de costa que de Sevilla, pero lo que sale en la tele es la feria de la capital, asín que es lo que toca.
Antes de pasar a los dos platos finales, decidieron agasajarnos con un segundo cóctel. Se llama «Mar del Basuki» y lo utilizan para maridarlo con comida del mar. Durante la cena (y después de probarlo), me pareció una gran metáfora de lo que es el Cantábrico para nosotros. El primer golpe es gordo, como cuando te vas a dar un bañito en el mar en pleno agosto, pero luego te vas acostumbrando, te encuentras cómodo y te gusta. A este cóctel le pasa lo mismo. ¡Un gran maridaje!
Y ya entramos en la recta final de la cena. Por una parte el fricandó de rape con setas y azafrán. Un pescado que estaba en su punto, junto con una rica salsa que lo convertía, casi, en un mar y tierra para dar paso al último plato de carne de la noche.
Como nos explicaron antes de la cena, en el Basuki tienen una brasa, aunque la carne elegida para los platos no son los cortes clásicos como el chuletón o el solomillo, prefieren otras elaboraciones. Es el caso de esta picaña de vaca asada con patatas y mojo canario.
Antes de cerrar el local, nos quedaban dos pequeñas sorpresas bastante relacionadas entre sí. El postre, una crema catalana con cumbrel de piña, helado de piña y espuma de crema catalana quemada. Un postre que nos recuerda a la parte del grupo Bilbao Berria que está en Cataluña. Un rico final de noche, que todavía no había acabado.
Cerramos la velada con un cóctel de fruta de la pasión y crema catalana. Así, como lo leéis. Un dulce final de noche con esta bebida creada especialmente para la ocasión de la cena de blogueros con la que nos agasajaron en el Basuki.
Por último, agradecer al grupo Bilbao Berria, a su responsable de marketing Elena Varea y a la responsable de marketing del propio Basuki Ángela Saiz por la invitación y la gran noche que nos ofrecieron. ¡Estuvimos muy a gusto y todo estaba delicioso!