Antes de terminar el mes traigo una nueva hamburguesa al Txoko. Este año vengo con ganas de subir una al mes como la categoría en la que está encajonada así lo revela. Llevo pocas, sí, pero poco a poco hay que ir probando todas y comentándolas aquí, que para eso es el blog. El mes pasado os hable del Satélite T, en Deusto. Hoy nos trasladamos hasta el Ensanche bilbaíno para probar el Pikata Urban Burger. ¡Hamburguesas urbanas! Quiera significar eso lo que fuera.
Junto a la parada del autobús que va a Azkorri (o a Getxo, final de trayecto), frente al Mapfre de la Plaza del Ensanche se encuentra este local que, visto desde fuera, nada parece indicar que dan de comer, sea hamburguesas o menú del día como, efectivamente pasa. Sin saber nada del Pikata, a simple vista parece un bar de pintxos más, como tantos otros en la capital vizcaína. Pero no es así. Sentados en las mesas altas puedes optar por un menú del día o lanzarte como un halcón sobre la carta. Eso último es lo que hicimos. ¡Hamburguesas, por favor!
Y llegaron. Desgraciadamente mi memoria ya no es lo que era y olvidé sacar una foto a la carta para acordarme y no la encuentro por Internet para inspirarme. Sé que una de ellas tenía huevo, bacon, queso cheddar, tomate y ali-oli y la otra creo que tiraba por el chutney de manzana, la col morada y ¿el foie? Ya sabéis que no soy especialmente fan del hígado de pato, porque he acabado saturado de él. Así que me decidí por la que tenía el ali-oli, que también soy muy fans.
Lo que sí recuerdo era su sabor. Como apunte diré que era complicada de comer y acabar limpio. Llevo años comiendo hamburguesas (y haciéndolas) y siempre suelo quedar más o menos impoluto. Sí, me ensucio (y más con la barba), pero he conseguido desarrollar técnicas para tener que usar solo una servilleta. ¡Y también me vale para el kebab! No fue así en el Pikata. Me acabé llenando de ali-oli y huevo y con una sola servilleta no me era suficiente, aunque me las apañé.
Estaba muy rica, la carne parecía más un entrecot que la típica falda de ternera picada, òr lo que le daba un toque guay a todo el tema. Los ingredientes de calidad. El huevo estaba bien hecho, aunque la yema reventó antes de llegar. El pan, que ya sabéis que me parece de las cosas más importantes de una hamburguesa, estaba rico. Caliente, crujiente y era pan, no bollo. Así que nuevo minipunto para Pikata.
Ah, y el detalle de las patatas no congeladas es muy de agradecer. Que tampoco se van a pasar ofreciendo papas de cortesía, pero eran suficientes y estaban ricas. ¿Qué más se puede pedir? Pues, por ejemplo, el postre. Yo me decidí por una especie de tarta de queso que, desgraciadamente, no me gustó tanto como pensé que iba a hacerlo sobre el papel. Un postre que me recordó a otra tarta de queso deconstruida de manera similar que comí hace tiempo (y no sé dónde, ni cuándo), pero que tampoco me gustó especialmente. Será que me gusta la receta de la tarta de queso tradicional, aunque sea congelada de Frío Bilbao como en el Old Shanghai (que me encanta).
Además, no nos cobraron mucho. Unos 10€ por persona, incluyendo el postre. No está nada mal. Buenas hamburguesas, con buenos ingredientes y sin pasarse de precio (10€ por una hamburguesa me parece casi un delito). Así que entra de cabeza en el listado de hamburguesas autorizadas y recomendadas por el Txoko de Bori.
P.D: Agradecer a Comiendo por Euskadi su mención hacia el Txoko en su post sobre el Satélite T. Aunque fue hace un tiempo, lo he visto recientemente. ¡Muchas gracias!
gracias por la mención, como
bilbaino exiliado en la margen izquierda, te tengo como referencia para enterarme de todas las novedades del Botxo, así que un día de estos clavare mis garras en una de estas hamburguesas.
Como curiosidad, no se sí me pasa sólo a mi, pero para evitar el desparrame suelo comer las hamburguesas al revés ( con la parte de arriba para abajo), tal vez sea una manía.
Ah! si vas por Madrid no te pierdas las hamburguesas de Goiko Grill, sublimes.