De un tiempo a esta parte han ido apareciendo creperías por distintos lugares. Locales que tienen una amplia variedad de este plato en formato dulce o salado. Lo mismo te sirve para comer, como para tomar un rico postre. En este caso hablamos de una cadena que puebla las orillas del Mediterráneo, pero que ha escogido el pueblo para asentar la franquicia en el Cantábrico. Se han asentado en un entorno idílico, junto a la playa de Arrigunaga, en los soportales. Relativamente cerca del metro y con el mar de fondo, la Crepería del Mar es un buen destino si quieres degustar alguno de sus platos.
Además de por las elaboraciones que dan nombre al local, también tienen helados, cócteles, batidos y cafés de diversa índole. Hace no demasiado bajé a pasear con el perro por la zona y me pedí un delicioso frapuccino de mocca blanco al más puro estilo starbuckiano por 3’5€. El tamaño era generoso, no se aprecia mucho en la foto, pero tiene una buena cantidad, la suficiente como para que compensen los casi cuatro leuros que cuesta. Y está muy rico. Hay distinta variedad, por lo que puedes coger lo que más te guste. Incluso los hay de yogur, que tan de moda se han puesto últimamente. Tendré que ir a probar.
En cuanto a los crepes, no puedo decir demasiado. Están ricos. Solo he probado los salados y tienen un poco de todo. Hay uno con huevo, jamón y queso que está delicioso. Incluso fríos. Hace tiempo que no me paso a cenar o comer ahí, pero lo recuerdo gratamente. El verano pasado bajamos bastante y estábamos encantados. Al final, entre una cosa u otra no se baja hasta la playa a a por la cena. Los dulces tienen nocilla o dulce de leche, por poner algunos ejemplos deliciosos.
Tengo entendido que los fines de semana se lanzan a cocinar tortillas para servir de pintxo y aprovechar el buen tiempo con un vino, una cerveza y un buen pintxo de tortilla. Además, según la descripción del Facebook (no lo he podido corroborar), también sirven raciones de, entre otras cosas, patatas bravas. También debe de haber reuniones de Erasmus y otros extranjeros residentes en los alrededores para hablar y practicar distintos idiomas. Así que una excusa más para acercarse hasta la playa de Arrigunaga y disfrutar en la Crepería del Mar.
