Como ya os he hablado alguna que otra vez de los locales tan chulos de Valencia, hoy me quiero centrar en dos en especial. Son dos locales ideales y riquísimos. Tanto para un buen desayuno como para una comida ligera o una rica merienda a media tarde. Son muy versátiles y, sobre todo, deliciosos. Como digo, son dos locales bajo un mismo paraguas, el del Dulce de Leche. Uno está en la Calle Jesús 71 y el otro, en pleno barrio de Ruzafa, en Pintor Alberto Gisbert número 2.
El de Ruzafa tiene la particularidad de ser denominado boutique. Así que allí vais a encontrar un mimo mayor, si cabe, al producto. Nos sorprendió a todos los presentes el té helado que elaboran con hojas de hierbabuena. Un sabor muy intenso que recuerda al mojito y te hace olvidar que has pedido un té. Pero si algo destaca en el Dulce de Leche es en la repostería. Aunque no solo vas a encontrar dulce, tambien hacen unas kitsch muy ricas. Probé la de brócoli y estaba deliciosa. Aunque no sea especialmente fan de esos arbolitos.
Ambos locales están decorados con mucho gusto e invitan a entrar y sentarse. Si le sumamos el hecho de un WiFi potente y de calidad, pues las horas que puedes pasar dentro del Dulce de Leche son muchas. En el local de la Calle Jesús, el más grande de los dos, sirven también menús del día. Un primero, un segundo a elegir de la barra y un postre o café. Todo eso con bebida. No es una mala opción cuando no sabes dónde ir a comer.
Si hablamos de bebidas, al margen de los tés, los cafés les salen muy ricos. Algo raro por lo que he leído, porque en Valencia no son muy dados a tener un buen café. Como digo, el desayuno con una berlina rellena de dulce de leche es un placer prohibido. De esos que te suben unos pocos kilos de placer y disfrute.
Yo lo tengo claro, aunque en Valencia haya muchos sitios interesantes para tomarse un desayuno, el Dulce de Leche es una de mis opciones preferidas. Buen servicio, buen producto, precios no demasiado elevados y todo rematado con la guinda del WiFi gratis para poder leer las noticias mientras degustas un trozo de tarta de dulce de leche y tomas un café calentito y rico, rico.
