Quiero rendir un sincero homenaje a uno de los bares que más me gustan de Bilbao. Es la Degustación Katy, en la calle Ledesma, justo al final. De hecho, es el último bar de la calle si miramos hacia Diputación. Se trata de un bar minúsculo, apenas caben seis o siete personas dentro, pero tiene una terraza muy bien montada con unos seis mesas (y cuatro sillas por cada mesa). Es una de las terrazas más agradables para pasar el invierno porque con los focos calefactores y los plásticos consiguen que dentro de la terraza no haga frío. Ni te mojes. Sé que no soy quién para hablar de temperaturas, pero he pasado calor en invierno dentro de esa terraza.
La Degustación Katy tampoco tiene mucho misterio. Como digo es un bar pequeño con una buena terraza. Nos gusta mucho por su café. Tiene un café rico, caliente (de esos que arden y abrasan hasta el alma) y a buen precio. Considerando que estamos en una paralela a la Gran Vía, un café con leche por 1’25€ es una ganga. De hecho, creo que es uno de los más baratos de la ciudad sin contar con los del McDonald’s del Zubiarte (que no está nada mal).
Otro de esos puntos positivos que hacen del Katy uno de los mejores bares de la ciudad es el trato. Una pareja de señores son los encargados de llevar el bar con buen rollo y simpatía. Son de esos camareros que empiezan a escasear que te atienden con una sonrisa y un trato muy amable. Además, cuidan al cliente.Una de las frases más repetidas es «ahora te lo saco», mientras te acomodas en la terraza. Todo muy bien llevado y con alegría. ¡Además de barato! Si Blackie se pasa por ahí, igual hasta llora.
El problema es que suele estar bastante lleno. Sobre todo a las horas de descanso de las oficinas colindantes. Entre las 2 y las 4 estará a rebosar de gente trajeada y con maletines. Pero cuando encuentras hueco en un frío día de inverno, casi das gracias al cielo. Si tienes suerte y vas pronto por la mañana puedes probar la tortilla de patata, que es muy rica. Como no tienen cocina, no pueden hacer más durante el día y dura lo que dura, poco.
Lo dicho, se trata de un pequeño homenaje a uno de los mejores cafés con leches de la Villa. Barato, amable y calentito. ¡Viva el Katy!
que cucas las fotos cayendo nieve!!! Me lo apunto para que me lleves 😉
Y no solo gente trajeada: las que hemos sido dependientas por la zona, Katy era lugar de encuentro de todas nosotras! Fíjate, verás a más de una y de dos, sentadas frente a un café de esos humeantes!
B.
Sí, también. Pero no quiero que parezca que solo me fijo en las buenorras xD