Como ya comenté en su día en Snapchat, estoy haciendo un curso de Gestión en Marketing y Comunicación. El curso se lleva a cabo en el Polígono Axpe, en la Ribera de dicho nombre, en el municipio de Erandio, junto a la Ría. De hecho, conocía el polígono por pasar delante de él con el metro entre Astrabudua y la propia estación de Erandio. Es curioso porque he pasado por delante muchos años y siempre me había llamado la atención la terraza del bar que se ve desde el ferrocarril. Siempre me dije que algún día me acercaría hasta ahí (a saber cómo) para tomarme algo en esa terraza que me llamaba la atención. ¿Quién me iba a decir que el destino depararía que iba a acabar ahí cinco días a la semana en el descanso matutino del curso?

larocaexterior

La Roca del Fraile está en Erandio, como ya he dicho. Además del bar donde bajamos a por el café y el pintxo cuando el hambre aprieta, es un restaurante con un menú apañado y con buena pinta y un par de comedores (uno de ellos en la planta superior). Por lo que he podido catar desde las recurrentes vistas a por pintxos, la cocina tiene nivel. Suficiente como para justificar los precios del menú, que ya es bastante. Aunque no voy a hablar en este post del restaurante, prefiero centrarme en el bar y sus pintxos.

Uno de los bocadillos de la barra.
Uno de los bocadillos de la barra.

He de decir, antes de continuar, que tienen otro bar en el número 1 de la calle Ercilla, en Bilbao. Aunque en su caso es La Roca, como la gran película de Michael Bay (cuando no hacía truños). El de Bilbao, de hecho, tiene el premio al mejor gintonic de Euskadi en el cuarto campeonato, imagino que será el primero en el que participan. Hablando de premios, La Roca del Fraile, el del polígono, tiene varias menciones (o premios, que no distingo) en los campeonatos de baristas. Así que el café (Ditare) tiene premios por su preparación. ¡Maravilloso!

¡Oh! Una florecilla.
¡Oh! Una florecilla.

La verdad es que el café está muy rico. Bien servido, calentito y con el punto justo de amargor. Vamos, un café bien tirado. En el capítulo pintxil, los renuevan cada semana. ¡No penséis mal! No los dejan toda la semana, cada día se acaban, pero la receta cambia. Los pintxos son, más o menos, distintos cada siete días (¿abrirán el fin de semana?), aunque mantienen los clásicos bocatas o las tortillas.

La focaccia de hoy, que ha entrado de lujo.
La focaccia de hoy, que ha entrado de lujo.

Es un bar muy recomendable, a pesar de su ubicación un tanto extraña. No voy a decir que vengáis ad hoc hasta el polígono del marketing para comeros un par de pintxos, pero si estáis por la zona, no lo dudéis. Es uno de esos bares que molan bastante. Es admirable al pensar que a pesar de tener el monopolio del polígono, no se dediquen a sacar productos de mala calidad y no complacer a los clientes que están atrapados en la zona. Chapeau!

Rico sandwich 'vegetal'.
Rico sandwich ‘vegetal’.

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