Y termino mi ronda de Madrid con el primero en el que comí en esos cinco días que dieron para tanto. Quedé con la simpatiquísima Itzi Campos (@miotraella) y me llevó a comer una hamburguesa.Como ya sabéis, soy un apasionado de este plato y trato de buscar los mejores de las ciudades allá donde voy. En la capital del reino todavía no había encontrado alguna de mi gusto, hasta el Goiko Grill (@GoikoGrill). Aunque tiene algo de trampa, hay sangre vasca en las cocinas.

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Fuimos al local que está en María de Molina, cerca de la embajada de México. Creo que hay otro local más, pero no estoy muy seguro. Hacía un buen día y decidimos sentarnos en la terraza. Como soy muy de fijarme en la gente que pasa, vi cantidad de chavales con bolsas y cosas del IE Bussiness School como si fuesen de Deusto. También nos cruzamos con muchos alemanes que se habían desplazado a ver la semifinal de la Champions del Bayern contra el Real Madrid en el Bernabeu. Fuera se estaba muy bien. Y tienen servicio de terraza, lo cual es un punto a favor.

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Tras sentarnos y pedir de beber, llegó el duro momento de la verdad: elegir la comida. Antes de ir a comer a cualquier sitio, conviene realizar cierta investigación previa. Este es uno de los casos. Entre las opiniones salió una que decía que los aros de cebolla son lo único que no se elabora en el propio local, así que desestimamos esa opción y nos lanzamos a otra:  los nachos de Daniela. A pesar del apellido Goikoetxea (esa patada a Maradona), los dueños proceden de la prolífica colonia vasca de Caracas y preparan los nachos al estilo tradicional de allí. Una auténtica delicia. Y muy bien cargados.

Con las hamburguesas tuvimos bastantes más dudas. Yo andaba entre dos, Itzi también dudaba bastante. Al final, ella se decidió por una Aita, con queso Idiazabal, pimiento del Piquillo y aceite de trufa. Una delicia muy de la tierra, aiba la hostia. Tras mucho pensar, acabé pidiendo la Puchi. No solo el recuerdo del infausto compañero cánido de Rasca y Pica, también la mezcla de ingredientes me hacía presagiar algo bueno. Y así, fue, al menos en parte.

Burger 'la puchi' de Goiko Grill.

Centrémonos en la hamburguesa. Como se ve en la foto, todo viene por partes, algo que odio especialmente. Es cierto que en el menú avisaban que las hamburguesas venían con patatas, el camarero incluso preguntó cómo las queríamos. Es un punto a favor, pero me molestan que vengan a cachos. Es algo que comenté con Itzi durante la comida y siempre es un pequeño borrón en cada visita a una hamburguesería de Madrid. Si quisiera lechuga y tomate, para mi hamburguesa, la hubiera pedido. Paso de jugármela y abrir el troncho para meterséla. Ahí se quedó. Infinita más rabia me dio ver el cuenquito con la salsa barbacoa. Si me metes la salsa barbacoa dentro de los ingredientes de la hamburguesa, lo primero que pienso es que va a estar dentro, no que la voy a tener que poner yo y pringarme entero (que siempre me pasa). ¿Tanto cuesta avisarlo o ponerlo dentro? Si no la quisiera, lo pediría expresamente, que sé leer.

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Tengo que reconocer que la burger si estaba muy rica, a pesar de los puntos negativos que he expuesto en el párrafo anterior. El pan estaba tostado con mantequilla y se notaba ese deje en el paladar. Mola. Sigue sin gustarme que el pan sea bollo en vez de pan, pero este estaba rico y no se iba cayendo. Al menos es bollo de calidad. La carne y el resto de los ingredientes estaban en armonía y en conjunto la hamburguesa estaba muy rica. Eso sí, no era excesivamente fotogénica. Aunque eso tampoco es un fallo excesivamente grande.

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Para redondear la comida, nos lanzamos a por el postre. Hay que decir que a estas alturas estábamos muy llenos. ¡Y mira que es difícil! Todavía quedaban nachos en el plato, pero no queríamos más. Para postre nos pusimos de acuerdo en compartir una de las famosas cookies con helado. No estaban mal, pero esperaba otra cosa. Era masa de galleta caliente, pero sin llegar a la dureza, ni textura de una cookie estilo ‘Chips Ahoy’. No estaba mala, claro, pero me esperaba otra cosa por la foto.

Al final, todo salió alrededor de 20€ por persona (creo, que hace casi un mes de esto). Acabamos contentos, muy llenos y con ganas de un café. Así que nos fuimos un poco lejos, hasta la zona de Malasaña a disfrutar del ambiente del ‘Toma Café‘, que le encantó a Itzi, por cierto. Pero esa es otra historia.

P.D: Le voy a tener que dar un manotazo con la mano abierta a Mauro (@fotomaf) por este comentario sobre la gastronomía vasca en Yelp. Como si poner un poco de Idiazabal lo hiciese vasco, aibalahostia.

10 Comments

  1. ¡Hola Bori! soy Andoni de Goiko Grill, gracias por visitarnos y enhorabuena por tu blog. ¡Es genial!

    Las patatas y la ensaladita son guarniciones, jeje aunque más de uno sí que se las mete a la hamburguesa. Y la salsa en el cuenquito, la ponemos para las patatas, porque las burgers llevan su salsa debajo de la carne.

    Un abrazote y cuando te apetezca otra burger, nos llamas para tenerte una mesita! ¡GRACIAS!

    1. Kaixo, Andoni:

      Acostumbrado a lo de aquí, lo de fuera me parece extraño. El caso de las patatas y la guarnición. En cuanto a la salsa barbacoa, no tenia ni idea. Yo la unté 😛

      La próxima vez que vaya a Madrid pasaré a haceros una visita 🙂

      Un saludo muy gordo y muchísimas gracias por comentar.

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