Ayer quedé con mi buena amiga Nagore (@nagoremarcos) y decidimos ir a probar el Coppola un restaurante del que me habían hablado muy bien. Coincidimos en que estábamos madurando, antes quedábamos normalmente para ir a comer comida basura y ahora vamos a probar sitios nuevos. Tras escuchar las recomendaciones de Alma Botxera (@almabotxera) y Blackie (@theblackcity) del local en el MarisGalicia Bilbao y reiterármelas ayer en Twitter, ahí que nos fuimos.

El local está en la calle Barriuncúa, la paralela al la del hotel Dómine. Si queréis una referencia, es la calle de la Foca Nicanora. Una vez llegas al local, tampoco es que tenga demasiada cartelería indicando qué hay ahí, a excepción del menú en una pizarra en la puerta que sirve como indicación. El local no es muy grande. Dispone de una mesa amplia junto a la ventana donde caben unas seis u ocho personas y el resto de mesas en el comedor son altas. Habrá unas seis, con capacidad para cuatro personas tranquilamente. Es recomendable reservar previamente por lo que pueda pasar.

coppola-carta-pizzas

Antes de nada, quiero comentar que los miércoles hay 2×1 en pizzas, la especialidad del local. Las pizzas son de masa fina, crujiente y con una cantidad inusitada de variedad e ingredientes. Según nos comentaron constan de dos tipos: las clásicas y las especiales. Este segundo grupo va variando. Así pueden innovar y cambiar un poco la tónica general del bar. Aunque nos recomendaron, muy amablemente, el menú, nos obcecamos en probar dos pizzas distintas. Decidimos decantarnos por una Menorquina, con queso de mahón y sobrasada y una Oktoberfest con salchichas de Thate, tomate cherry y puerro. ¡Fantabulosas!

Pizza menorquina del restaurante Coppola de Bilbao.
La pizza menorquina.

Esperamos poco si tenemos en cuenta que pedimos un par de pizzas recién hechas. La masa es delgada y deliciosa. Tienen un buen tamaño, el suficiente como para pensar que tanto en calidad de ingredientes como en armonía de los mismos es un precio digno de pagar. En ambos casos. Me gustó mucho el toque que le da la sobrasada a la pizza, tendré que probarlo en casa en pequeñas cantidades. Acompañan las pizzas con un poco de aceite picante.Probé un poco a ver qué tal estaba y lo cierto es que le daba un toque especial a la pizza. No fue de mi total agrado, por eso hay que probar de todo. A las pizzas no se les puede reprochar nada. Tal vez que, como casi todas, son complicadas de cortar, aún con el clásico cuchillo redondo de pizza. Vaya escabechina que monté.

Para los postres. Nagore se pidió una pannacota de coco y yo me lancé sin pensarlo a por la tarta de queso. Ya digo que me encanta y trato de comerla como postre siempre que puedo. Esta vez casi me hace llorar de emoción. La base de la tarta, imagino que hecha con mascarpone, estaba cremosa como su fuese mouse, el fondo de galleta estaba muy bien armonizado y la cobertura de arándanos hacía que el conjunto fuese de morir. Me sorprendió mucho y lo agradecí bastante. La tarta de queso es un must en Bilbao. También pedimos dos cafés con leche que estaban bastante buenos.

Tarta de queso del restaurante italiano 'Coppola' de Bilbao.
La impresionante tarta de queso del Coppola.

Al pedir la cuenta, el camarero, muy simpático, nos explicó que si hubiésemos escogido el menú, nos hubiera salido sensiblemente más barato. La verdad es que un servicio de ese estilo se agradece mucho. La calidad de la comida es motivo suficiente como para repetir, pero la simpatía y cercanía de los camareros y el buen trato en general del Coppola lo convierten en un sitio algo más especial de lo que ya es. Antes de que se me olvide. El menú es para compartir entre dos o más personas. Consiste en un primero, un segundo (pizza o pasta) y un postre a compartir por 11€ por persona. Bebida incluída. Ciertamente merece la pena, como nos recomendaron en el restaurante.

Como datos adicionales decir que los domingos realizan actuaciones musicales en directo. No sabemos realmente donde, porque el local no es muy grande que digamos,pero no es mala idea pasarse un día a escuchar. A partir de las 19:ooh. También me resultó curioso que durante 2014 el café está a 1€, por lo que es una opción viable para tomar un café rico y rápido por la zona. Seguramente será el más barato de todo el centro de la Villa. A unos pocos pasos del Guggenheim.

P.D: Cuando entramos habia una chica guapa con una cámara réflex sacando fotos a tutiplen. No me sonaba como bloguera gastronómica (al menos del circulo montado por Eneko Sukaldari). A ver si alguien lee esto y sabe quién era. ¡Me puede la curiosidad!

5 Comments

  1. Estuve hace unos meses comiendo un sábado y nos gustó un montón a todos los que fuimos. Probamos varias pizzas y un par de lasañas y todo buenísimo y los postres riquísimos. El trato fué muy bueno también.
    Repetiré fijo!
    Gracias a esta entrada he recordado el nombre del sitio, no había manera de acordarme…

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